La numerología te enseña el camino

19.12.2024

En 2007, me iniciaba en la ciencia de la numerología, y para ser novato se me daba bastante bien, puesto que estaba acertando en todo lo que observaba de las personas que me consultaban.

Entonces apareció Remedios (nombre ficticio, por no decir el verdadero). Ella era una joven de 35 años. Estaba sumida en la desesperación, divorciada desde hacía dos años, con una niña de cuatro años, viviendo en casa de los padres y a la que habían despedido hacía cuatro meses y sin encontrar trabajo.

Ella era alumna mía, de yoga. Y hablaba muy poco, hasta que un día estábamos tomando un té en la cafetería del Centro de yoga. Y en ese momento pude saber como estaba su vida. Con poco que me dijo, empecé a intuir la situación.

Por experiencia sé bien que la vida siempre quiere algo de nosotros. Y por eso le propuse hacerle un estudio de numerología. Al principio no esta muy por la labor, un poco reticente a ello. Pero, finalmente, después de dos semanas me dijo que si, que podía hacerle un estudio para ver qué podía hacer con su vida.

Resultó ser un 8 de nacimiento. Y otros números complementarios eran el 7 y el 9. Resumiendo, el 8 es número de los negocios, de los que saben generar dinero, de los que tienen éxito en todo lo económico. El 7 significa que ha estudiado o tiene que aprender algo para enseñar a los demás. Y el 9 es de ayuda a los demás. Todo esto básicamente.

Al preguntarle por sus estudios, Remedios me dice que estudió enfermería. Su exmarido era médico y se conocieron trabajando en un hospital privado, donde hace dos años la despidieron, al haberse divorciado, un poco por el poder de su exmarido, quien ya no quería verla trabajando allí. Así que la dirección se inventó una mala excusa para echarla.

En su trayectoria de vida y en los pináculos, ya estaba prevista una ruptura sentimental y también unos años de dependencia paterna, además de una compleja situación sin trabajo. Pero, en el futuro tenía una alineación diferente.

Su futuro era la de una persona que enseña algo, desde donde podía generar dinero. Y tenía que ser algo que también fuera una ayuda a los demás.

Como le encantaba el yoga, y yo impartía también una formación de profesores de yoga, le propuse que estudiara conmigo para ser profesora de yoga. Lo cual le interesó y la hizo, siendo una muy buena alumna, gracias a sus conocimientos de enfermera.

Se especializó en yoga terapéutico. Pronto empezó a dar clases. Después quiso también aprender a meditar mejor, con el fin de hacer un trabajo más transcendental, al igual que yo hacía. Y con la meditación empezó a visualizar más profundamente su propia vida y la de otras personas a las que daba clases de yoga.

Se convirtió en una persona muy especial para sus alumnos y para quienes la conocían. Daba clases de yoga en dos centros diferentes, por la mañana en uno y por las tardes en otro. Y después del éxito que empezó a tener, quiso también estudiar numerología (algo que yo me imaginaba que haría).

De la desesperación pasó a ser independiente económicamente, hasta el punto de mudarse a otra casa y dejar la de sus padres. Volvió a encontrar una pareja que la respetaba y la amaba. Y su vida estaba cambiando totalmente.

Todo empezó por saber los talentos ocultos que ella tenía y que desconocía. Con la numerología empezó un camino de autoconocimiento y a desarrollar su verdadera personalidad, que estaba totalmente oculta.

Estas cosas suelen ocurrir cuando te estudian con la numerología.

Tanto si eres profesional, como si eres particular, te interesa estudiar numerología. Esta ciencia nos ha enseñado en camino a muchas personas.

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